SANAR LA HERIDA CON LA MADRE PARA CONCRETAR NUESTROS PROYECTOS Y SUEÑOS
La herida materna radica en el no habernos sentido amadas como necesitábamos serlo cuando niñas, lo que genera una brecha, cuyas consecuencias se expanden hasta la vida adulta. Esta brecha se siente como algo que me falta y como un gran vacío que necesito llenar a costa de todo, incluso esto me cause daño o me menoscabe. Por lo que me puede conducir a desarrollar relaciones tóxicas, adicciones, patrones autodestructivos o dependencia emocional. Sanamos la relación con nuestra madre, por lo tanto, cuando reparamos el dolor de la brecha infantil y nos hacemos cargo de compensar el vacío de nuestra historía de una manera saludable. Esto es, maternándonos a nosotras mismas, y sosteniendo un camino donde se ofrendan aquellos dones más preciados para realizar lo que más no da gozo y plenitud hasta convertirnos en mujeres libres y auténticas. Así también sanamos cuando nos disponemos a hacer el acto simbólico de tomar la vida en las propias manos. Lo que implica, que desde una posible necesi